“A mi mamá siempre le ha gustado tostar café, lo hace siempre, mi temor fue que ella no se acostumbre a esta cocina”, manifestó. Pero su sorpresa fue grande “Ahora ya no veo a mi mamá llorar al atizar la candela, todo el humo sale por la chimenea, el aroma y el gustito con sabor a leña en las comidas se mantiene; es mucho más de lo que esperábamos.”
(Del proyecto "Implementación, buen uso, mantenimiento y adopción de cocinas mejoradas en la región San Martín" implementado por Siemac)